La poda de los rosales


LA PODA EN LOS ROSALES
Un rosal que crece salvaje, sin podas que lo modifiquen, termina siendo una gran mata desordenada. Con ramas vivas y muertas, tallos fuertes y débiles, y por supuesto, todo esto daña la planta, quitándole fuerzas para crecer y desarrollarse plenamente.
Por eso la poda es fundamental para los rosales. Tanto para evitar la deformación de la planta como para aumentar su vigor. Y así ayudarla a dar una buena floración, a deshacernos de partes secas y enfermas, o que han sido atacadas por alguna plaga.

No necesitamos de muchas herramientas para realizar una buena poda en los rosales, son pocas pero indispensables.

La poda en los rosales es tan importante como el riego, es una necesidad vital de la planta.

Las Herramientas

Antes que nada, tenemos que contar con unos gruesos guantes para evitar lastimarnos. Si el rosal a podar es de mata, habrá que usar alguna prenda de mangas largas para evitar rasguños en los brazos.

Con respecto a las tijeras para podar, hay varios tipos. Para mí las mejores son aquellas de doble filo porque cortan bien las pequeñas ramas y son fáciles de manipular en lugares donde es difícil el acceso.

En caso de que sea un rosal grande, lo conveniente es utilizar un serrucho curvo para cortar ramas gruesas y resistentes.
Para no correr el riesgo de perjudicar la planta, les recomiendo desinfectar las herramientas, tanto al comenzar la poda como al finalizarla, antes de guardarlas. Con un poco de lavandina diluida en agua es suficiente, se lavan, se secan y si están oxidadas deben lubricarse con un poco de aceite.
Lo más común es que por más cuidado que tengamos, el rosal sufra alguna herida. Para evitar que sea la puerta para enfermedades, hay que cubrir la zona lastimada con vela derretida. Un truco casero que da mucho resultado.
Lugar de poda

¿Dónde y Cómo Podar?
La poda de los rosales se debe realizar cuando el invierno está terminando, para asegurarnos que las heladas no dañarán las partes recién podadas. Y además, porque la planta en esta época del año se encuentra en reposo.

Anteriormente estuvimos conociendo cada una de las partes de un rosal, saber esto nos va ayudar a la hora de la poda. Siempre debemos cortar las ramas con una inclinación de 45º aproximadamente, o sea, en diagonal no horizontal. Esto permite que el agua se escurra en vez de acumularse en la herida.

Y la distancia entre el corte y la yema tiene que ser entre uno y cinco centímetros.

Por lo general el corte se hace sobre una yema que apunte hacia arriba y afuera. Recordemos que una de las funciones de la poda es guiar el crecimiento del rosal en forma de vasija, con el centro despejado. Por lo tanto si el rosal a podar, tiende a desparramarse; el corte se debe hacer sobre una yema que mire hacia adentro para lograr una planta más densa.

Algunas sugerencias

A continuación les voy a dar algunos consejitos extras:
Quitar las flores marchitas porque en ellas se forman los frutos y esto quita fuerza al rosal.
Eliminar los brotes que crezcan debajo de la zona de injerto.
Si hay ramas que se rozan, se debe dejar la más sana y la que apunte correctamente a la forma que queramos darle al rosal.
Sacar todas aquellas ramas débiles, enfermas o muertas. Así como también las puntas secas o quebradas.
Cuando se corten flores de un rosal joven, el tallo debe ser corto y sin hojas. Todo lo contrario si ya es una planta grande, recodemos que el largo del tallo cortado, tiene relación directa con el tiempo en que tardará en dar nuevas flores. Esto quiere decir que cuanto más largo sea el tallo que cortemos, más demorará en florecer nuevamente.

Estos son los aspectos básicos y más importantes a tener en cuenta a la hora de podar un rosal. Espero que esta información te sea útil a la hora de podar el tuyo, más adelante veremos los tipos de poda según la necesidad y estado del rosal.


¿QUÉ TIPO DE PODA NECESITA TU ROSAL?
Tipos de Poda de un RosalRosal
Hay dos diferentes tipos de poda que necesita un rosal para desarrollarse plenamente. Veamos cuáles son:
La poda de Formación; es la que se realiza una vez al año y se hace para, además de darle a la planta la fuerza necesaria para crecer vigorosamente, para mantener la forma que le queramos dar al rosal. Cuando compramos un rosal, por lo general, ya vienen podados para que adquieran buena forma. Entonces la poda no será necesaria hasta el año siguiente a la plantación. Durante este primer año, lo importante es que la planta se arraigue bien. Es decir, que en este primer tiempo, lo que más importa es que el rosal tome una buena estructura, pasando a segundo plano la floración. Siempre se debe realizar la poda finalizado el invierno, para que las heladas no dañen las partes cortadas.
La Poda de Renovación; es sin duda, la más drástica. Cuando un rosal pasa mucho tiempo sin podarse, la planta pierde todas sus virtudes. Se transforma en una gran mata de ramas secas con pequeñas, pocas y débiles flores. Es muy común también que se llene de chupones, éstos son brotes que nacen por debajo de la zona de injerto. Los cuales hay que sacarlos porque consumen los nutrientes de la planta y no dan flores. Por lo tanto, si el rosal no se ha podado durante algunos años, lo recomendable en estos casos es cortar el rosal sobre la zona de injerto. Eso sí, hay que tener paciencia, porque es todo un proceso, que por supuesto vale la pena.

¿Cómo Recuperar un Rosal?
Como te decía, la poda de renovación se hace cuando la planta se ha deteriorado y ha pasado mucho tiempo sin ser podada.

Lo primero de debemos hacer en este caso es cortar todas las ramas dañadas y los chupones. Los cortes se deben cubrir con algún fungicida para poda o vela derretida para evitar que sirva de entrada a posibles virus e infecciones.

Luego se cortan la mitad de las ramas del rosal al ras y se deja reposar la planta hasta el invierno siguiente.

Transcurrido un año, lo que haremos es cortar las ramas viejas, las que hemos dejado el invierno anterior. Las definitivas serán las que han crecido luego de la primera poda. Y por supuesto también sacaremos aquellas ramas que estén desviadas.

Si el rosal es joven, seguramente va a resistir esta dramática poda en el mismo invierno. De lo contrario, si es una planta adulta, lo aconsejable es que se haga como te conté recién; en dos inviernos.

A partir del tercer invierno, sólo será suficiente realizar podas de mantenimiento para el buen desarrollo del rosal.



Como verás cada vez aprendemos un poquito más sobre esta hermosa planta que nos deleita con las formas, colores y aromas de sus flores.

Y esto no termina aquí, hay mucho más por conocer y aprender para mantener a nuestros rosales vivaces y plenos.

Pero vamos de a poco… por hoy es suficiente.

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