ROSAS Y ROSALES: TODO LO QUE TIENES QUE SABER PARA SU CUIDADO
Los rosales brindan hermosas flores que deben ser cuidadas y atendidas con mucha precisión, para que su florecimiento sea el esperado.
El invierno es una época en donde debemos tomar algunos recaudos tales como evitar que se congelen sus raíces y protegerlos de fuertes vientos. Por ello, es recomendable plantarlas en un sitio que se encuentre a media sombra, así no se verán perjudicadas con los descongelamientos solares y los contrastes de temperatura.
Su riego es fundamental en verano, ya que debido a las altas temperaturas necesitan no perder la humedad. Es aconsejable, si se encuentran en macetas, regarlas a diarios, luego que se retire el sol. Si se encuentran en tierra, el riego puede realizarse cada dos días, prestando atención a no humedecer la flor, ya que puede recibir quemaduras al recibir los rayos de sol. En invierno, con dos riegos a la semana es suficiente.
La poda es muy importante para este tipo de plantas, ya que cumple una doble función. Por un lado, sirve para modelar la planta y darle forma. Conviene también, retirarle las flores secas y realizarla antes de la primavera y finales del otoño. Por otro, la poda permite revitalizar la planta y evita que pueda adquirir enfermedades.
Abonar los rosales también resulta fundamental para su óptima conservación. Generalmente se aconseja realizar el abono una vez plantadas y luego de cada poda. El estiércol es indicado para aquellos rosales que se encuentren en suelo, y si se encontrará en maceta, conviene adquirir algún producto específico en el vivero más cercano.
Prestando atención a cada una de estas necesidades tu rosal crecerá sano y florecerá cada año mejor.